El mundo ingresó a una transición hegemónica –quien va a estar a cargo ante la catástrofe bioclimática y ecológica en curso– en la que el uso de los combustibles fósiles, desde mediados del siglo XVIII a la fecha, deberá sustituirse drástica y prontamente. En el orbe hay mil 500 millones de motores de combustión interna, por lo que urge la electro/movilidad. En este tránsito el litio juega un papel nodal. Es ingrediente sine qua non para construir las baterías. Y sin ellas no hay coche, autobús, camión o maquinaria pesada eléctricos. Este es un ítem esencial a esta transición hegemónica.
En todas las otras, la guerra entre potencias centrales fue el árbitro último. Con el arma termonuclear y de balística intercontinental, ese método acabaría con la vida.
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