Raymundo Riva Palacio - El Financiero
Las mentes calenturientas mexicanas que quieren establecer un paralelismo entre Bolivia y México, soñando que las Fuerzas Armadas se deslindarán del presidente Andrés Manuel López Obrador como las bolivianas lo hicieron de Evo Morales, tienen que enfriarse porque eso no va a pasar. Tomar como punto de partida de esa ilusión el discurso del general Carlos Demetrio Gaytán Ochoa en un desayuno ante la élite del Ejército, donde criticó algunas políticas del gobierno, es un error. No es sólo por la ausencia de condiciones objetivas para que se diera una ruptura de esa naturaleza, sino porque se trató de una jugarreta de los cercanos al Presidente para disipar el pozo donde seguía cayendo López Obrador por el culiacanazo. Manipular ese discurso en prejuicio de las Fuerzas Armadas sí molestó a oficiales retirados y activos, pero no para lo que quisieran algunos.
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