- La formación creada por López Obrador, que alcanzó una cifra récord de votos en 2018, se desgasta en peleas internas. Tuvo que aplazar sus primarias ante la imposibilidad de no terminar a golpes
El dirigente de Morena se pasa la mano por la barbilla, hace una pausa y suspira antes de adelantar lo que pasará mañana: “Va a haber madrazos”, vaticina. El dirigente, un hombre cercano a Andrés Manuel López Obrador, se refiere a las elecciones a la presidencia del partido que ayudó a fundar en 2011, cuando Morena era solo un entusiasta movimiento de izquierdas dedicado a seguir en una camioneta al actual presidente en sus mítines por todo el país, mientras Enrique Peña Nieto gobernaba (2012-2018). “Pero ya no quiero saber nada. Ahí no me quiero ni meter", dice en su despacho. "Está todo demasiado caliente", añade mordiéndose la lengua sobre una crisis que ha terminado de explotar pero que lleva cocinándose varios meses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario