Paul Krugman - El País
Así pues, Donald Trump fue a la cumbre de la OTAN, insultó a nuestros aliados, y luego les planteó la absurda exigencia no solo de que aumentasen su gasto de defensa —cosa que deberían hacer— sino que lo aumentasen hasta el 4% del PIB, muy por encima del desmesurado gasto militar en su propio presupuesto. Acto seguido afirmó, falsamente, que había obtenido importantes concesiones, y declaró cortésmente que “en este momento no era necesario” plantearse abandonar la alianza.
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