miércoles, 25 de julio de 2018

LOS RIESGOS DEL APRESURAMIENTO

Mike Pompeo y Andrés Manuel López Obrador en la casona de la Roma. Foto: Especial
Mike Pompeo y Andrés Manuel López Obrador en la casona de la Roma. Foto: Especial

Olga Pellicer

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Ya se apagaron los reflectores sobre la visita de alto nivel encabezada por el canciller de los Estados Unidos, Mike Pompeo. Su estancia fue muy corta, no más de cinco horas, pero las consecuencias fueron significativas. 

En primer lugar, el gobierno de Trump dejó claro que no es indiferente a lo que ocurre en el país fronterizo que forma parte del perímetro de seguridad de los Estados Unidos. Como exdirector de la CIA, Pompeo conoce muy bien los diversos mecanismos que desde hace años se utilizan para tener información y ejercer influencia sobre el gobierno mexicano. No necesita ser explícito para hacer sentir que Estados Unidos es un factor importante en el devenir de la vida política y económica de nuestro país; desde esa perspectiva, la visita misma fue el mensaje.

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