viernes, 27 de julio de 2018

GUERRAS MALAS...Y QUE PUEDEN PERDERSE

  • Hay algo a celebrar del acuerdo europeo con Trump: el aplazamiento, al menos, de un desastre
Xavier Vidal Folch - El País
El pacto Juncker-Trump que congela la guerra comercial de EE UU contra la UE llegó contra pronóstico. Lógico, después de que el mandatario norteamericano se pasease por Europa tildándola de “enemiga” comercial, inventase triunfales acuerdos armamentísticos en la OTAN y luciese amistades peligrosas con ultras como Boris Johnson.
Por eso es más notorio. Y porque los aranceles preanunciados contra los automóviles europeos eran la bomba atómica. Contra una industria clave. Contra una exportación europea decisiva: las ventas a EE UU multiplican por ocho las de los —ya castigados— acero y aluminio. Contra un interés esencial de la locomotora, Alemania. Y una segunda ronda habría consolidado la espiral típica de toda guerra comercial, haciéndola menos reversible.

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