El afamado doctor Carstens se fue a las nieves pero nos dejó una inflación a la alza y no a la baja como prometió. Las pinzas nefastas del bajo crecimiento y la inflación se ciernen sobre una sociedad un tanto inerme e indefensa. Esta es parte de la coyuntura que a todos embarga y hasta alucina y se llama sucesión presidencial.
Por qué han fallado las predicciones es asunto de la modelística del Banco de México y otros augures, pero el hecho duro y real, grosero, es que la mayoría de la sociedad mexicana va a afrontar una situación no sólo desfavorable, como ha ocurrido antes, sino agravada por una carestía que como suele pasar se ceba en los más pobres pero no perdona a todos aquellos que viven de ingresos fijos.
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