- La guerra del Brexit de los tories paraliza a una primera ministra incapaz de imponer la disciplina a sus ministros al arranque del conclave del partido en Manchester
Theresa May llega al congreso de su partido políticamente arruinada. La guerra del Brexit que se libra en su Gobierno paraliza a una primera ministra que no logra imponer su maltrecha autoridad. Sus desesperados intentos por seducir a una generación joven que se le escapa apenas disimularán el ruido de sables en el cónclave tory de Manchester. Casi cuatro meses después de perder en las urnas la apuesta que marcará su carrera, la persona que dirige a Reino Unido en las negociaciones más importantes de su historia reciente es hoy un mero elemento de contención de su partido, incapaz de avanzar y, según sus colaboradores, anímicamente tocada.
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