El fenómeno del nacionalismo es un hecho firmemente anclado en el largo proceso histórico de la constitución política de los Estados. En el siglo XX las contradicciones y los conflictos generados en torno a la cuestión nacional fueron de una gran relevancia y su costo humano fue enorme. Sus consecuencias todavía marcan lo que ocurre en el mundo.
En el siglo XXI, en medio de un acelerado movimiento hacia la globalización de los mercados y su significado para la recomposición de las relaciones entre el capital y el trabajo; en un entorno en el que se generalizan las pautas de comportamiento humano; en el escenario de fuertes impulsos a la unificación regional, como ha ocurrido en Europa, el repunte del nacionalismo en distintas formas es un asunto vigente.
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