jueves, 26 de octubre de 2017

NO TODO ES CORRUPCIÓN, PERO...

Lorenzo Meyer - El Siglo de Torreón
Al concluir el ciclo de la Revolución Mexicana -1910-1940- con el cardenismo, México entró en una etapa de estabilidad política relativa. Ello fue posible porque ya habían fraguado los cimientos de un contrato social más o menos efectivo que legitimó al presidencialismo autoritario. Al menos eso reflejaron la cohesión de la élite y las encuestas sobre la cultura cívica de la época, (Gabriel Almond y Sidney Verba, The civic culture: political attitudes and democracy in five nations, [Princeton, 1963]). Siempre se tuvo conciencia de vivir en un entorno no democrático, pero también en un régimen que prometía "justicia social" a campesinos y trabajadores, que abría oportunidades a las clases medias y que a los grandes empresarios les ofrecía un mercado interno protegido. Y la democratización política era tema pospuesto, pero no cerrado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario