Los valles alpinos de la provincia de Qinghai, en el oeste de China, parecen el paraíso. Las praderas se extienden hasta donde se extiende la vista. El aire es tan puro que dos hermanas acaban de abrir una tienda on line para venderlo en bolsas. En su suelo se encuentra la mayor planta de placas solares de China; durante una semana este verano, la región se abasteció exclusivamente de energías limpias. La meseta tibetana de la que forma parte, llamada el “tercer polo” del mundo, es el gran pulmón de una China asfixiada por la contaminación de su atmósfera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario