- Peña Nieto realizó una expiación de culpas ante un público que ni siquiera se lo pedía
Un centro delantero podría decirlo en una rueda de prensa al final de un partido desastroso: “Ningún jugador que porta el número nueve en la camiseta se despierta pensando cómo fallar los goles”. Lo diría en tono compungido y avergonzado porque justamente ese día erró goles cantados. El subtexto de esta frase no es otro que “No fue deliberado, pero sucedió”. Lo podría decir también un arquitecto a quien por alguna razón se le ha derrumbado un puente recién terminado: “Nadie se despierta pensando en construir una obra para que se desplome…. Simplemente sucedió”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario