lunes, 24 de octubre de 2016

ANTES DE DONALD ESTABA SILVIO

  • Millonarios, polémicos, machistas y excesivos, el ex primer ministro italiano y el candidato republicano a la Casa Blanca son maestros de la manipulación mediática

Alexander Stille - El País
Como periodista que cubrió a Silvio Berlusconi desde que se convirtió en primer ministro de Italia, en 1994, ha sido difícil no sentir un potente déjà vu ante la campaña electoral de Donald Trump. Algunas similitudes son obvias y también extrañas. Los dos son multimillonarios, cuyas fortunas arrancaron en el sector inmobiliario; su riqueza y estilo de vida de playboys los convirtió en celebrities. Los dos han tenido agrios divorcios y se jactan de sus pericias sexuales. Ya sabemos cómo Trump ha defendido su virilidad en esta campaña, mientras que Berlusconi en su día dijo aquello de “la vida es cuestión de perspectiva: piensen en todas las mujeres del mundo que quieren acostarse conmigo pero no lo saben” (esto fue antes de que empezara a organizar sus fiestas bunga bunga con prostitutas). Son maestros de la manipulación mediática, Berlusconi en su condición de principal propietario de televisiones privadas de Italia, y Trump como estrella de su propio reality show y creador de la marca Trump. Al entrar en la arena política, ambos se han presentado como la versión más depurada del antipolítico: el empresario exitoso que compite con los grises “políticos profesionales”, que nunca han tenido que pagar nóminas y que están arruinando a sus respectivos países.

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