Enrique Del Val Blanco / Excélsior
Sin duda, las grandes corporaciones son poderosas, pero no deberían serlo tanto como para afectar a las poblaciones...
Uno de los mayores problemas de cualquier gobierno es convivir con las
grandes empresas que, en aras de obtener el mayor beneficio, son capaces
de desarrollar cualquier tipo de acciones para mermar la capacidad del
Estado para regularlas. En algunos casos son derrotadas, gracias a que
se mantienen los principios básicos de la gobernabilidad; sin embargo,
en otros tantos pierden los gobiernos, ya sea por medios legales o en
muchas ocasiones ilegales.
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