martes, 18 de noviembre de 2014

LA PASIÓN POR LA DEMOCRACIA

  • Desde la caída del Muro de Berlín se observa una apatía cada vez mayor en los sistemas democráticos. Necesitamos no sólo ausencia de violencia y garantías institucionales, sino también responsabilidad moral



El siglo XXI constituye una encrucijada. El final de la confrontación entre el Este y el Oeste dejó abierta la posibilidad de un “nuevo orden internacional”, basado en la expansión de la democracia por el mundo y en un espíritu de paz. Sin embargo, ahora el entusiasmo que acompañó la caída del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría parece muy lejano.

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