El
verdadero problema es que las economías ricas no han resuelto sus problemas
subyacentes
Paul Krugman / El País
A ver, ¿quién ha pedido esto? Con todo lo que está pasando,
lo último que nos hacía falta era una nueva crisis económica en un país ya
sacudido por la agitación política. Es cierto que las repercusiones mundiales
directas de lo que suceda en Turquía, con una economía del tamaño de la de Los
Ángeles, no serán graves. Pero estamos oyendo la pavorosa palabra “contagio”,
la clase de contagio que en su día hizo que la crisis de Tailandia se
extendiese por toda Asia, que hace poco ha hecho que la crisis de Grecia se extienda
por toda Europa y que ahora, como teme todo el mundo, podría hacer que los
problemas de Turquía se propaguen por todos los mercados emergentes del mundo.
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