Jorge Suárez Velez / El Financiero
Desde noviembre de 2013 se anunció un ambicioso programa para
reconvertir siembras de maíz blanco a maíz amarillo. Ese propósito se
reiteró la semana pasada. Su lógica es evidente: México es excedentario en la producción de maíz blanco,
que se destina a consumo humano (tortilla), lo que genera problemas
para su comercialización sobre todo en Sinaloa, Jalisco y el Bajío, y
altamente deficitario en la producción de maíz amarillo para consumo
pecuario. En 2013 se importaron cerca de 6 millones toneladas de ese
grano, pero el promedio de los últimos cinco años fue de 8.5 millones de
toneladas anuales.
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