José Blanco / La Jornada
Seguramente necesitan
un severo ajuste, así como cambiarles el color rosa de sus cristales,
porque Carstens ve un mundo muy distinto del que ven los más diversos
analistas de muchos países del mundo. Y no me refiero sólo a la economía
mexicana, sino que Banxico también ve un mundo rosa mexicano para
Estados Unidos.
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