En la práctica, a millones de trabajadores estadounidenses se les ha abandonado
Paul Krugman / El País
Allá por 1987, mi compañero de Princeton Alan Blinder
publicaba un estupendo libro titulado Hard heads, soft hearts. Era, como pueden
imaginar, una defensa de una política económica tenaz, pero compasiva. Por
desgracia, lo que en realidad hemos conseguido —especialmente de los
republicanos, aunque no solo de ellos— ha sido lo contrario. Y es difícil
encontrar un mejor ejemplo de la naturaleza despiadada y necia del actual
Partido Republicano que lo que sucedió la semana pasada, cuando los
republicanos del Senado emplearon una vez más el obstruccionismo para bloquear
las ayudas a los parados de larga duración.
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