Salvador García Soto / 24 Horas
La primera impresión que deja el Congreso Nacional del PRD celebrado
este fin de semana es que la pretendida “unidad” del partido en torno a
los acuerdos tomados en ese cónclave, es más ficticia que otra cosa.
Porque aunque Jesús Zambrano diga que los resolutivos son “legales y
legítimos” y que resistirán cualquier impugnación, la realidad es que lo
que se vio en Oaxtepec fue una alianza coyuntural entre las tribus
dominantes que pactaron un acuerdo momentáneo que no garantiza, sin
embargo, evitar una fractura del perredismo en el futuro inmediato.
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