José Blanco / La Jornada
Suspendo esta semana mi serie sobre la necesidad de una reforma intensa de la educación, para referirme a doña Devastación Social Gordillo, que se extendió, a sí misma, el título de
guerrera. Ahí estuvo, en Toluca, agitando los brazos, blandiendo su imaginario escudo y su ficticia espada.
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