Arnoldo Kraus / El Universal
¿Es posible hablar de la salud universal en un país donde más de la
mitad de la población vive en condiciones de pobreza o de miseria?
Ser pobre y sano no es imposible pero es casi imposible. Los pobres
no viven de palabras, viven de realidades y perviven pese a sus
realidades. La realidad de la pobreza conlleva mermas mentales y
físicas; algunas son mortales, otras acortan la vida, muchas disminuyen
la calidad de vida y la mayoría impiden seguir el ritmo de la
competencia. Los pobres son pobres porque la miseria excluye: educación,
agua potable, vivienda digna, salud, transporte adecuado, áreas verdes
aledañas al hogar son bienes ajenos a las clases pobres y recursos
impensables para las personas en condiciones de miseria. Sin esos
elementos los pobres son cada vez más pobres; sin esos beneficios los
hijos de pobres serán más pobres y su vida un rompecabezas imposible de
ensamblar: sin piezas suficientes no es posible vivir dignamente ni
competir.
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