domingo, 10 de febrero de 2013

LAS MUERTES DE ELBA ESTHER

Raymundo Riva Palacio / Diario Libertad
Cuando se paró frente a los líderes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en octubre pasado y los arengó a revisar la relación con el gobierno, del color que fuera, para no arrodillarse, Elba Esther Gordillo guardaba en la bolsa el resultado de una cálida conversación con el presidente electo Enrique Peña Nieto, a quien le había ido a entregar su cabeza, si así lo deseaba por convenir a los intereses políticos de su gobierno. No le aceptaron la ofrenda en la charola de plata. “Maestra”, le respondió Peña Nieto de acuerdo con cercanos a ella que supieron de la conversación, “quiero que trabaje conmigo durante los próximos seis años”.

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