Las acusaciones del
comisionado Ángel Trinidad Zaldívar contra el nuevo presidente del IFAI,
Gerardo Laveaga, revelaron la magnitud de los conflictos en este organismo,
pero su actual crisis tiene raíces más hondas: una es la burocratización de la
élite académica que va y viene por los organismos “autónomos” y “ciudadanos”
hasta caer en el amiguismo y el influyentismo, como políticos; la otra es que
Felipe Calderón desvirtuó al instituto cuando clavó en él a tres comisionados
de su confianza, quienes han contribuido a mantener la opacidad gubernamental.
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