Silvia Ribeiro* / La Jornada
Las abejas de mil 500
colmenas de una comunidad de Hopelchén, Campeche, murieron este 6 de
febrero por la fumigación de transgénicos de Monsanto en un área
cercana. Impactó directamente a más de 50 familias campesinas, que tras
una cosecha de maíz escasa por la sequía, esperaban recuperarse con la
venta de miel orgánica, lo cual perdieron porque la miel está
contaminada con agrotóxicos y polen transgénico. Álvaro Mena, campesino
maya de Hopelchén e integrante de la Red en Defensa del Maíz, estimó que
las pérdidas son 10 millones de pesos, un año de sustento de esas
familias. Y hay más impactos en otras cuatro comunidades. La fumigación
se intensifica con los cultivos transgénicos, ya que al ser resistentes a
agrotóxicos y plantarse en extensos monocultivos, se aplican enormes
cantidades. No es un accidente: es la avalancha tóxica que viene con los
cultivos transgénicos y la amenaza de autorizar millones de hectáreas
de maíz manipulado
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