lunes, 19 de diciembre de 2022

LA SOLEDAD DE RICARDO

  • Me parece que Monreal debe entrar, ahora sí, en un periodo de reflexión. En años pasados, eso del “periodo de reflexión” lo usaba como parte del discurso para amedrentar a Morena con que se iba. 

Alejandro Paez Varela - Sin Embargo


La gran duda ha sido, durante muchos años, a cuántos puede arrastrar Ricardo Monreal con él si decidiera salirse del movimiento de izquierda y cómo podría capitalizar la oposición esa escisión. En concreto –porque el Senador genera estas tensiones justo cuando se debaten internamente las posiciones y candidaturas–, cuántos puntos porcentuales daría a la oposición y cuántos le restaría a Morena. No creo que, después de años de amenazas, se trate de algo más allá que un cálculo. Seguramente en algunos hay un apego emocional hacia Monreal, pero se ha trascendido ese punto y es cosa de ver las redes para medirlo.

La duda sobre su peso político es lo que provoca tensión en Morena y el zacatecano ha aprendido a administrarla según su conveniencia. En el pasado, el método de negociación –presionar para obtener concesiones– le ha funcionado: antes de 2018, la penúltima vez que amenazó con irse, era un Alcalde más en la Ciudad de México; hoy tiene reflectores y controla formalmente la mayoría del Senado de la República mientras que su familia disfruta distintas posiciones dentro del movimiento lópezobradorista. Aquello fue muy conveniente. No puedo decir que hoy tuvo el mismo efecto.

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