- Eludir la confrontación y tender puentes son los desafíos del presidente mexicano
/cloudfront-eu-central-1.images.arcpublishing.com/prisa/NZJE3RB6CJDRLLOQU5SUSK3HOU.jpg)
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.REBECCA BLACKWELL / AP
Hace ahora dos años, Andrés Manuel López Obrador logró la presidencia de México con una rotunda victoria electoral, la más amplia que se recuerda en la historia democrática del país. Desde entonces (aunque tomó posesión seis meses después), emprendió lo que él llama la cuarta transformación de la República, esto es, un cambio de régimen, centrado en la lucha contra la pobreza y la corrupción. López Obrador se presenta como un presidente de izquierdas, con un indiscutible origen en las luchas sociales, aunque no necesariamente partidario de los postulados generalmente aceptados por los movimientos progresistas. El camino era ya de por sí difícil. Pero la tendencia del presidente a la confrontación ha tensado el país y le ha alejado del pragmatismo que mostró durante la campaña y con el que en su día gobernó la Ciudad de México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario