- Hace 18 años México vivió la misma esperanza que ha despertado ahora el triunfo de López Obrador, pero no pasó nada que estuviera a la altura de las expectativas
La noche de la elección presidencial, reconocido su triunfo por autoridades y adversarios, el candidato ganador es aclamado por miles de personas en un lugar emblemático de la historia del México. La multitud le grita; “no nos falles”: el candidato responde: “no les voy a fallar” y pide que todos los mexicanos “nos demos la mano”. La euforia se extiende por el país y comentaristas observan que un resultado electoral impensable apenas unos años antes se haya dado con tersura y sin sobresaltos.
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