- Los expertos descartan el estallido de una guerra comercial total
- Si se produjera, podría concluir en una recesión global
Acaba de terminar la primera mitad de un año que, en sus inicios, si se atendía al aspecto macroeconómico, prometía ser un buen ejercicio para los inversores de la historia reciente. Muchos analistas destacaban lo inusual de ver un crecimiento sincronizado como el que se preveía para 2018, prácticamente en todas las regiones del mundo.
Era un ejercicio para estar en bolsa, con el foco orientado hacia Europa, donde las valoraciones eran más atractivas que en Estados Unidos, según explicaban muchos expertos. Sin embargo, termina el semestre, y las bolsas europeas arrojan pérdidas al inversor, del 4,2 por ciento en el caso del Ibex 35, mientras Wall Street está prácticamente en el punto de partida. Además, el optimismo por el crecimiento económico ha mutado en preocupación por el estridente aporreo de tambores de guerra comercial.
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