Aratxa Rubio - elEconomista.es
La falta de la arquitectura abierta y la estacionalidad con la que se realizan las aportaciones provocan que los inversores no salgan de su oficina para invertir en estos productos.
Ya está en marcha la batalla entre las gestoras de planes de pensiones para atraer el máximo de ahorro nuevo o, en su defecto, el que está en otras firmas a través de promociones que incluyen bonificaciones en metálico de entre el 3 y el 5 por ciento. Esto se debe a que, normalmente, el 50 por ciento de las aportaciones se realizan a final de año, porque es cuando se empiezan a echar cuentas para reducir la factura fiscal en la siguiente declaración de la renta gracias a las ventajas fiscales de este producto. Y esto al final tiene una consecuencia: la mayoría de los inversores no sale de su entidad bancaria para elegir el plan de pensiones en el que invertir.
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