- La obra tiene dos años suspendida por las demandas de amparo presentadas por los ejidos
Una terminal de recepción de gas natural a medio terminar. Tramos de tubos de acero rodeados de hierba. Las máquinas nuevas se llenan de polvo. Dos guardias las custodian. Nadie las encenderá. A metros de ahí, la central eléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el estado mexicano de Hidalgo quema miles de litros de combustóleo al día. El gasoducto que debería suministrarle un combustible menos contaminante a esta planta no está terminado. Desde hace dos años las recurrentes demandas de amparo presentados por los ejidatarios de la zona impiden el avanzar con la construcción del gasoducto Ramal Tula.
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