- López Obrador se distancia de los votantes progresistas y lanza el mensaje: todo vale para ganar
La campaña electoral de 2018 será recordada porque culminó un proceso de varios años en el que el pragmatismo político desplazó a la ideología de los partidos. El PRI postula a un no militante, la izquierda y la derecha se unen en una alianza nacional. El círculo lo cierra este año la coalición del izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que además de acudir a las urnas con el socialista Partido del Trabajo lo hace también de la mano de Encuentro Social, un partido ultraconservador creado con bases de iglesias evangélicas e inspirado en el activismo político de los pentecostales brasileños. Una alianza con la que Andrés Manuel López Obrador aleja a posibles votantes progresistas y deja un mensaje claro: todo vale para ganar.
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