- Esa decisión de romper con el grupo implica también saldar las cuentas pasadas y establecer nuevas reglas
Existe desde siempre el perfil del amigo caradura que logra escaquearse y se va sin pagar. Si hay un grupo grande de amigos que comparten pinchos y bebidas, no es raro que las cuentas no cuadren, y al final unos terminen haciéndose cargo de la parte que le toca al amigo aprovechado que sabe que sus compañeros no van a perder ni tiempo ni energía por cinco o seis euros. La cultura española es generosa. A veces alguien, en un momento de euforia celebratoria de la amistad, decide invitar a todos. También está el perfil de los sinvergüenzas profesionales que consumen opíparamente y se marchan sin pagar para indignación de los camareros y hosteleros. Esto, en idioma coloquial, es hacer un simpa.
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