jueves, 31 de agosto de 2017

DE ENCUESTAS Y DESCONFIANZA

AGENDA CIUDADANA
Lorenzo Meyer - El Siglo de Torreón
La campaña presidencial de 2018 está entrando en la etapa de la guerra sin cuartel. Lo que está en juego no es sólo presidencia y otros puestos de elección, sino la definición misma de un sistema político que hasta hoy es un híbrido inestable y fallido; una mala mezcla del antiguo autoritarismo salteado con elementos democráticos y todo envuelto en una corrupción galopante.
 La campaña ya está enmarcada por un alto grado de desconfianza ambiental. Hoy la confianza entre los mexicanos está en mínimos -si en 1990 el 34 % dijo confiar en los demás, en 2012 esa proporción había caído al 12 %, (Alejandro Moreno, "Confianza y democracia", Este País, septiembre 2015, p. 22). La confianza en las instituciones está peor: apenas el 3 % de los ciudadanos acepta creer mucho en las declaraciones presidenciales, (Segunda Encuesta Nacional de Opinión Ciudadana 2017, GEA-ISA, junio 2017). Esta ausencia de credibilidad no puede extrañarnos: es resultado directo de décadas de normas de la convivencia violadas sin que se llame a cuentas al violador. Por eso nuestro país aparece en los primeros lugares mundiales de impunidad -lugar 58 de 59 países examinados-, con un índice de la impunidad delictiva de más del ¡99 %! (Universidad de las Américas Puebla, Índice global de impunidad, IGI-Mex 2016, UDLAP, 2016, pp. 12 y 22).

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