- El aumento de la migración y el descontrol del narcotráfico, dos de los temas que preocupan a las principales potencias de la región
La crisis de Venezuela es ya la gran prioridad en todas las cancillerías latinoamericanas. Este continente, acostumbrado a dictaduras crueles en el siglo XX, había visto cómo el siglo XXI arrancaba con procesos de cambio profundo que se resolvían casi siempre de forma democrática. El caos que vive el país petrolero supone un enorme riesgo de desestabilización, no solo por el éxodo migratorio, que crece imparable, sino también por el problema del narcotráfico: en los últimos años, Venezuela se ha convertido en trampolín de la salida de la droga sudamericana. Referente para muchos grupos de la izquierda latinoamericana, es la primera gran crisis a la que se enfrenta el nuevo equilibrio de poderes surgido de los últimos cambios electorales, que han sacado del poder a importantes aliados del chavismo en Argentina y Brasil y han aislado al régimen de Caracas, que sigue teniendo en Cuba su principal bastión.
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