- Para reducir el delito fiscal es necesario dotar de más recursos a la Agencia Tributaria
La mejora estadística en la lucha contra el fraude fiscal debe recibirse
con moderada satisfacción, y con el convencimiento de que, en realidad,
no describe cuál es la situación real de la economía sumergida y cuánto
se ha avanzado en aflorar el dinero oculto a la Hacienda pública. Se
debe convenir con el ministro Montoro en que recuperar 12.318 millones
para las arcas públicas (el 12,5% más que en 2013) el año pasado es una
cantidad apreciable. Ahora bien, para apreciar el éxito real en la
persecución del fraude habría que precisar en cuánto ha aumentado el
dinero negro durante la recesión; el volumen de bases imponibles ocultas
al fisco equivale, según algunos informes, a casi el 25% del PIB y
probablemente no ha cesado de crecer en los últimos seis años. A falta
de cálculos oficiales precisos, bien podría suceder que el fraude
avanzase con mayor rapidez que los esfuerzos organizados para reducirlo.
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