domingo, 31 de agosto de 2014

FALSO AMIGO

Alinearnos con las posiciones alemanas puede ser políticamente conveniente, pero es malo para la economía
El presidente Mariano Rajoy se ha afanado estos días por tierras gallegas en cultivar la amistad de Angela Merkel. Aprovechó las caminatas, los fogones y la intervención del santo Apóstol para lograr su respaldo a una mayor presencia política de España en las instituciones europeas. Y parece que lo ha logrado. Está bien. Nos conviene.

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