Carlos Ramírez - Indicador Político
El mitin de Morena el domingo 12 de junio en el Estado de México marcó la segunda etapa del proceso de sucesión presidencial de Palacio Nacional. Ahí los mensajes fueron tres: operación directa por el presidente de la República, continuidad personal/de proyecto/de grupo y reglas del juego conocidas del viejo régimen priista.
Cuando Manuel Camacho Solís acudió a Los Pinos a preguntarle al presidente Salinas de Gortari por qué había escogido a Luis Donaldo Colosio y no a él, la escena debió recordar el final de El Padrino, cuando Michael Corleone, con el poder absoluto de su familia criminal, le dijo a su esposa que por única vez le iba a permitir una pregunta sobre sus decisiones.
Salinas le explicó a Camacho que su forma de ser, de operar, de pensar y de tener un proyecto diferente al salinista lo había aislado en el gabinete y que la sucesión debería garantizar el proyecto y el grupo.
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