Carlos Ramírez - Indicador Político
La esencia del poder político del sistema presidencial mexicano fue la capacidad absolutista del presidente en turno para designar-imponer al candidato presidencial y usar todo el aparato público para hacerlo ganar. La crisis del mecanismo popularizado como dedazo presidencial se colapsó al interior del PRI en 1988, causo la pérdida de la presidencia en el 2000 y el 2006 y no pudo reconstruirse en el 2018.
El proceso de designación del candidato del partido en el gobierno federal para el 2024 ha revivido –aunque no restaurado– el formato del dedazo presidencial, como se ha mostrado después de las elecciones legislativas de junio del 2021. Sin embargo, el modelo presidencialista de designación del candidato de Morena tuvo su primer tropiezo grave con la exclusión del líder senatorial morenista Ricardo Monreal Avila y la decisión del excluido de asumirse como precandidato aún sin el beneplácito presidencial. El columnista Roberto Vizcaíno Aguilar recoge la percepción de que la precandidatura de Monreal fuera del carril presidencial ya prendió y el disidente estará de alguna forma en la boleta presidencial, con o sin apoyo del presidente de la república.
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