Enrique Campos Suárez - El Economista
Cuando se conoció la decisión de la Junta de Gobierno del Banco de México tras su más reciente reunión de política monetaria de elevar la tasa de interés interbancaria a un día en un cuarto de punto, hasta un nivel de 4.25% y supimos que dos integrantes habían votado en contra de tal incremento, dijimos, claro, los que votaron en contra son los más cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador, porque esa medida puede afectar el ritmo de recuperación económica.
Pero después, cuando el propio presidente López Obrador respaldó y hasta con entusiasmo la determinación mayoritaria del banco central de subir la tasa de referencia, porque le entendió como una manera de contener la inflación, pues ya no sabíamos si sus Subgobernadores afines en el Banco de México se habían vuelto más pejistas que el Presidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario