- El ingenio y la capacidad de resistencia del empresariado tendrían que inscribirse expresamente en un esfuerzo sostenido: del rescate de los damnificados a la recuperación de las actividades.
Rolando Cordera Campos - El Financiero
No le falta razón a Enrique Quintana al llamar la atención, en su artículo del martes, de la “resiliencia” mostrada por muchos empresarios mexicanos. Haber capoteado las suspensiones de actividades “no esenciales”, los confinamientos, la falta de apoyo público directo o con financiamiento oportuno, la desocupación o de plano el desempleo, y ahora aprestarse a formar filas en la recuperación económica, nos refiere a una dinámica que tendría que ser parte de las deliberaciones que bien haríamos los mexicanos en estar dispuestos a tener.
Qué bueno que el presidente López Obrador hable de la importancia de los empresarios para la economía, aunque le falte dar el paso necesario: reconfigurar la economía mixta, irónicamente desfigurada por la apertura del mercado y una inscripción apresurada a una globalización que ahora vive sus propias crisis.
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