Andrew Selee - El Siglo de Torreón
Como muchos soy escéptico de la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Washington. Normalmente creo que los mandatarios de México y Estados Unidos, y sus gabinetes, deberían reunirse lo más posible, dado el número de temas en la agenda bilateral que son
de importancia para ambos países. Pero en
estos momentos de campaña política norteamericana, es un riesgo repetir la experiencia de hace cuatro años con la visita de
Donald Trump a México, de generar la percepción de un acto político más que un acto de estadismo, y eso podría lastimar, más
que mejorar, la relación entre ambos países. Ya que el presidente Trump es un
maestro en utilizar sus adversarios para
sus fines propios, los riesgos son muchos.
Pero la decisión está tomada, así que
ofrezco algunas ideas de cómo se puede realizar este viaje de una forma productiva
que quizás muestre la agenda más amplia
que debería tener el Gobierno mexicano
frente a los Estados Unidos, no solamente
frente a Trump y La Casa Blanca.
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