- A los mexicanos se les debe dar certeza de que hay un plan para poner fin a la lacra homicida

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México EFE
La epidemia de violencia en México no parece tener freno. Esta semana se ha confirmado que 2019 fue el año más violento de la historia reciente del país. Las 35.588 víctimas contabilizadas, una tasa de 27 homicidios por cada 100.000 habitantes, evidencian la urgencia de poner freno a una lacra que ha ido en aumento en la última década, desde que se inició la denominada guerra contra el narcotráfico y que tres Gobiernos distintos, con tres estrategias distintas para combatir el crimen organizado, no han logrado paliar. Las cifras arrojan un aumento de los feminicidios, los secuestros, la extorsión —el crecimiento más pronunciado, del 29%— y la trata de personas.
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