domingo, 26 de enero de 2020

DILEMAS DE LA FE Y LA RAZÓN

  • Sin una reforma fiscal, México no logrará relanzar el crecimiento ni reducir la desigualdad
Juan Carlos Moreno-Bird - El País
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. EFE

El sexenio de Enrique Peña Nieto, marcado por el despilfarro, la desaceleración económica, la precarización laboral y unos niveles ínfimos de aprobación popular dio al pueblo mexicano sobradas razones para votar contra su partido, el PRI, en las presidenciales de julio de 2018. Esas razones, junto con la fe de muchos en la plataforma de campaña de "primero los pobres y abajo la corrupción", llevaron a Andrés Manuel López Obrador al poder. La victoria de Morena y la implosión del resto de partidos le convirtieron en el mandatario más poderoso en décadas y en la esperanza de muchos en una economía que crece poco, lejos de un 4% anual necesario para generar 1,2 millones de empleos para absorber su fuerza laboral y acabar con la lacerante pobreza.

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