- Tras el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador las incógnitas sobre el desarrollo de su sexenio son aún mayores que las certezas
El primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha supuesto una sacudida para México. En buena medida por la cantidad de gestos simbólicos, algunos de ellos necesarios, que han marcado una clara ruptura con el pasado. Pero también por su controvertida forma de concebir la presidencia, más propia de su época de sempiterno candidato que de un jefe de Estado. Un año después de su toma de posesión, las incógnitas sobre el desarrollo de su sexenio son aún mayores que las certezas.
Los dos principales desafíos que encaraba México hace un año se mantienen y no hay visos de que se vayan a resolver a corto plazo. El Estado no ha conseguido rebajar los niveles de inseguridad que heredó de la anterior Administración, consecuencia de una estrategia de seguridad durante la última década que se ha demostrado fallida . Tras un año en el poder, no queda claro cuál es la estrategia del actual Gobierno para reducir la violencia..
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