- El acuerdo comercial con Canadá y México se hubiera logrado igual sin amenazas arancelarias; pero el presidente prepara su ofensiva comercial definitiva contra China
El País
El acuerdo de comercio entre Estados Unidos, Canadá y México (antes Nafta, ahora USMCA) es sin duda un éxito relativo de la política negociadora de Donald Trump. Sea cual sea la valoración que se haga de su contenido económico real, lo cierto es que la estrategia combinada de presión y chantajes, articulada con subidas de aranceles, ha preparado el camino para cerrar un pacto en el que casi todas las ventajas aparentes caen del lado de Washington. Además, la relevancia política del acuerdo es indiscutible: las elecciones legislativas están a la vuelta de la esquina, el 6 de noviembre y, por añadidura, la euforia de Trump le proporciona la inercia suficiente para seguir amenazando a China y a Europa con más medidas proteccionistas.
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