viernes, 26 de octubre de 2018

EL MISTERIO

  • Se puede ser ateo de las divinidades de toda la vida, pero no de la Banca, que se parece a las de toda la vida en la cosa de los sacrificios
Juan José Millás - El País
La hipoteca es una proveedora de sentido en un mundo absurdo, de ahí que la justicia, tras decidir que los gastos vayan por cuenta del banco, que es como hacerlo sin condón, se haya tirado en marcha horrorizada ante su propio desvarío. Esos 1.000 o 2.000 euros de impuestos son 2.000 euros de sentido. Multiplicados por la cantidad de préstamos que se firman al año arrojan a un significado de proporciones místicas. Dado, en fin, que la Banca es una religión, lo lógico es que sus clientes paguemos el pato. Significa que al Supremo, después de dictar esa sentencia equivocada, se le apareció Dios y le hizo caerse del caballo, como a san Agustín camino de Damasco. Supremo, Supremo, por qué me persigues, dijo una voz atronadora al otro lado del teléfono.

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