lunes, 29 de octubre de 2018

LAS CRISIS ECONÓMICAS PRODUCEN MONSTRUOS

  • Fritz Lang sabía de qué materia estaban hechas las pesadillas alemanas cuando comenzaba la década de los años treinta
El País
Fritz Lang (Friedrich Christian Anton Lang) dirigía en un estado de “seguridad sonámbula”, según confesión propia, M (El vampiro de Düsseldorf, 1931). La autodefinición responde con exactitud a ese dominio, total y al mismo tiempo estupefacto, de los resortes artísticos necesarios para describir una realidad histórica atroz predibujada y precalculada por el nazismo. Lang y Thea von Harbou no pensaron en la historia del asesino de niñas Franz Becker —apabullante Peter Lorre— como una denuncia al NSDAP; pero la “seguridad sonámbula” del director actuó como un catalizador magistral de significados... incluido ese.

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