Lorenzo Meyer - El Siglo de Torreón
LA cuestión que da título a la columna - "¿Y ahora qué?"- se formuló al arranque de una plática pública sobre la coyuntura política, coyuntura que bien pudiera llegar a ser calificada de crítica, pues se propone desembocar en un cambio de régimen.
La interrogante parte de considerar que las elecciones del 1° de julio -la federal y las locales-, no fueron sólo otro eslabón de la ya larga cadena de cambios sexenales de administración. Fueron más. De entrada, y para todo propósito sustantivo, el gobierno aún en funciones, casi ha dejado de funcionar. Por otra parte, el equipo que le sustituirá trabaja a todo vapor, pero tiene que esperar a diciembre para asumir el poder. Sin embargo, en este lapso de cinco meses entre fin y principio, no hay un vacío de poder sino la puesta en marcha, en la práctica, de un proyecto de cambio político de gran calado.
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