miércoles, 29 de agosto de 2018

REBAUTIZAR EL NAFTA NO SALVARÁ A TRUMP

Alejandro Nadal - Periódico la Jornada
En 1998 el director de General Electric, Jack Welch, hizo una declaración reveladora. Lo ideal, dijo, sería que tuviéramos cada planta en una barcaza y que la pudiéramos mover siguiendo los movimientos de las divisas y los cambios económicos. Eran los años en que cientos de empresas optaban por instalarse en países como China o México para aprovechar los cambios económicos, eufemismo que significaba mano de obra barata.
El sueño de tener plantas industriales en barcazas para escoger el espacio más rentable para atracar tenía un paralelo en el mundo de la especulación financiera. Ahí los flujos de capital pueden decidir entre distintos destinos en función de las disparidades de tasas de inflación, tipo de cambio y tasas de interés, y migrar de un lugar a otro sin mayores problemas. Pero la fantasía de la economía de las barcazas se pudo hacer realidad mediante los acuerdos comerciales que dieron estabilidad para erigir plantas industriales en los países con mano de obra barata.

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